domingo, 17 de junio de 2012

CAPÍTULO 12.




Cautela en favorecer

12 1Si haces bien, mira a quién,
y podrás esperar algo de tus beneficios;
2haz bien al justo y obtendrás recompensa,
si no de él, al menos del Señor.
3Nada se saca de ayudar al malvado,
pues no obrará rectamente;
5doble mal recibirás en tiempo de necesidad
por todo el bien que le hiciste;
no le des armas, pues las volverá contra ti.
6Porque Dios aborrece al malvado
y toma venganza de los perversos.
7Da al bueno, rehúsa al malvado,
alivia al atribulado, no des al arrogante.  

El enemigo
(EcJo 6,5-17; 27,22-24) 
 

8En la prosperidad no se conoce el amigo,
en la desgracia no se oculta el enemigo;
9en la prosperidad aun el enemigo se vuelve amigo,
en la desgracia aun el amigo se aparta.
10No te fíes nunca del enemigo,
su maldad es como bronce que se oxida;
11aunque te haga caso y se porte con modestia,
ten cuidado y desconfía de él;
haz como quien bruñe un espejo;
él no podrá hacerte daño, y tú verás en qué para su celo.
12No le des un puesto a tu lado,
porque te dará un empujón y ocupará tu puesto;
no lo hagas sentarse a tu derecha,
porque procurará ocupar tu asiento.
Entonces me darás la razón
gimiendo al compás de mis gemidos.
13¿Quién compadece al encantador mordido
o al que se acerca a fiera carnicera
14Lo mismo al que se junta con el arrogante
y se mancha con sus delitos.
Mientras va contigo, no se te revela;
cuando caes, no se agacha a librarte;
15mientras tú estás en pie, no se trasluce;
cuando tropiezas, no se contiene.
16EI enemigo habla con labios melosos,
y por dentro planea traiciones siniestras;
el enemigo llora con los ojos,
llega su ocasión, y no se sacia de sangre;
17te ocurre una desgracia, y allí lo encuentras;
fingiendo apoyarte, te echa la zancadilla;
18después sacude la cabeza, agita la mano,
y hablando entre dientes, cambia de expresión.  

12,1-7 Traduzco el verso primero del griego y me sale un consejo poco cristiano; nuestro refrán lo resume muy bien: "haz el bien y no mires a quién". Es que Ben Sira está dando normas de prudencia, mientras que el evangelio da consejos de caridad. Favorecer al malvado es exponerse a sí mismo y a otros, hasta puede ser complicidad. Jesús recomienda no echar las perlas a los puercos: Mt 7,6; se complementa con Mt 10,41.
El desarrollo, al gusto del autor, procede por oposiciones, poco matizadas. La motivación sube de la razón humana a la sanción divina, que equivale a la argumentación siguiente: si Dios aborrece y castiga al malvado, el hombre no debe favorecerlo.
12,3 Mt 7,6.
12,8-9 El enunciado del nuevo tema opone, según costumbre sapiencial, amigo a enemigo, y señala una prueba para reconocerlos, prosperidad y desgracia; pero el tema central de la perícopa es el enemigo o rival. Ben Sira está instruyendo a jóvenes sin experiencia en la vida. Véanse Prov 17,17; 26,24s. La instrucción (8-18) cuenta con dos consejos negativos y bastante descripción para motivarlos. 
12,10-11 Supone ya identificado el enemigo. Aunque finja cambiar, su malevolencia es herrumbre que retorna y se adhiere. El espejo metálico hay que bruñirlo con frecuencia para que descubra la realidad; el rival, descubierto, perderá poder ofensivo.
12,13-14 Especie de inciso reflexivo, que coloca al rival malintencionado en la esfera de animales venenosos, feroces: Sal 58,6; Ecl 10,11.
12,14b-18 Breve descripción de un tipo, o etopeya, que pone delante un ejemplo para precaver al discípulo: puede compararse con Prov 6,12-15; 26,23-26.

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