sábado, 9 de junio de 2012

CAPÍTULO 5.



Presunción
5 1No confíes en tus riquezas ni digas: «Me basto a mí mismo»;
no confíes en tus fuerzas para seguir tus caprichos;
2no sigas tus antojos y codicias
ni camines según tus pasiones.
3No digas: «¿Quién me podrá?»,
porque el Señor te exigirá cuentas;
4no digas: «He pecado, y nada malo me ha sucedido»,
porque él es un Dios paciente.
5No te fíes de su perdón
para añadir culpas a culpas,
6pensando: es grande su compasión y perdonará mis muchas culpas;
porque tiene compasión y cólera, y su ira recae sobre los malvados.
7No tardes en volverte a él ni des largas de un día para otro;
porque su furor brota de repente,
y el día de la venganza perecerás.
8No confíes en riquezas injustas,
que no te servirán el día de la ira.

Sobre el hablar
(Eclo 19,4-17; 23,7-15; 27,8-15)

9No avientes con cualquier viento
ni sigas cualquier dirección.
10Sé consecuente en tu pensar
y coherente en tus palabras;
11 sé rápido para escuchar
y calmoso para responder; 
12si está en tu poder, responde al prójimo,
y si no, mano a la boca.
13EI hablar trae honra y trae deshonra,
la lengua del hombre es su ruina.
14No tengas fama de doblado ni emplees la lengua para murmurar;
para el ladrón se hizo la vergüenza,
y la afrenta del prójimo para el doblado.
15No hagas daño, ni poco ni mucho,
no te conviertas de amigo en enemigo.

5,1-2 Primera forma de presunción: confianza en las propias riquezas, fuerza, poder. Al crecer el poder, crecen codicia y deseos. El poder se pone al servicio de la pasión. El tema de las riquezas es frecuente en la predicación y en el rezo: p. ej. Jr 17; Sal 49 y 62. El tema de la fuerza se puede ilustrar con Is 10,13 y el "su fuerza es su dios" de Hab 1,11. La expresión "seguir = ir detrás de" lleva por complemento a Dios en la predicación del Deuteronomio.

5,3 La presunción se atreve a desafiar a Dios: véase Sal 12,5.

5,4-6 Otra forma de presunción, más refinada y peligrosa, es presumir de la compasión divina. El autor insiste en los términos culpa y compasión, pecado y perdón. Cuando el hombre establece la secuencia permanente pecado - perdón, para asegurar y confirmar su mala conducta, está tomando un dato aislado de la revelación de Dios, para fabricar con él un Dios falso: compárese con 16,11-13. La polaridad gracia - ira está expresa en Ex 34,7, en el conjunto de bendiciones y maldiciones de la alianza (Dt 27-28), implícita en exhortaciones penitenciales, como Is 1,20; Sal 50,22-24.

5,6b-7 Su reacción personal al pecado es compasión y es cólera. Si la compasión parece prolongarse en continuidad, la ira puede brotar de repente; justificada, pero imprevisible para el hombre. Por eso, la reacción del pecador a la compasión divina debe ser convertirse cuanto antes. En esa vuelta, que Dios mismo suscita con su palabra, el pecador encuentra al Dios compasivo. En cambio, la dilación puede tocar el término establecido, el día de la sentencia y condena, dies irae. Recoge la enseñanza Pablo en Rom 2,4-7.

5,8 Sirve de colofón este proverbio tradicional: Prov 10,2; 11,4.

5,9 Sigue la serie de prohibiciones o consejos negativos con este proverbio que introduce la nueva serie, sobre el hablar y la coherencia que exige. Nosotros llamamos "veleta" al inconstante.

5,10-13 El hablar, por su multiplicidad de actos, exige una coherencia especial de varios elementos: información, que obtenemos escuchando; conocimiento del asunto antes de responder; acuerdo de pensamiento y palabra, o sinceridad. El autor vuelve sobre el tema en 19,4-17; 23,7-15; 27,8-15.

5,11 Lo recoge Sant 1,19.

5,13 Principio del doble aspecto.

5,14 La vergüenza del ladrón es su infamia pública al ser cogido, el tener que confesar su culpa: Jr 2,26. La del falso es ser descubierto.

5,15 Por el contexto se ha de entender de perjudicar con las palabras; pero el proverbio se puede sacar del contexto con valor general. 

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