domingo, 8 de julio de 2012

CAPÍTULO 35.


35 1El que observa la Ley hace una buena ofrenda,
el que guarda los mandamientos ofrece sacrificio eucarístico,
2el que hace favores ofrenda flor de harina,
el que da limosna ofrece sacrificio de alabanza.
3Apartarse del mal es agradable a Dios,
apartarse de la injusticia es expiación.
4No te presentes a Dios con las manos vacías:
esto es lo que pide la Ley.
5La ofrenda del justo enriquece el altar,
y su aroma llega hasta el Altísimo.
6EI sacrificio del justo es aceptado,
 
su ofrenda memorial no se olvidará.
7Honra al Señor con generosidad
 
y no seas mezquino en tus ofrendas;
8
cuando ofreces, pon buena cara,
y paga de buena gana los diezmos.
9Da al Altísimo como él te dio:
generosamente, según tus posibilidades,
10porque el Señor sabe pagar
y te dará siete veces más.

Los gritos del pobre

14No lo sobornes, porque no lo acepta,
no confíes en sacrificios injustos;
15porque es un Dios justo
que no puede ser parcial;
16no es parcial contra el pobre,
escucha las súplicas del oprimido;
17no desoye los gritos del huérfano
o de la viuda cuando repite su queja;
18mientras le corren las lágrimas por las mejillas
19y el gemido se añade a las lágrimas,
20sus penas consiguen su favor
y su grito alcanza las nubes;
21la reclamación del pobre atraviesa las nubes
y hasta alcanzar a Dios no descansa;
no ceja hasta que Dios le atiende,
y el juez justo le hace justicia.
22Dios tampoco dará largas;
como guerrero, no reposará,
23hasta quebrantar los lomos del tirano
y tomar venganza de los soberbios,
hasta arrancar el cetro de los arrogantes
y romper la vara de los malvados,
24hasta pagar al hombre sus acciones
y retribuir al mortal sus pensamientos,
25hasta defender la causa de su pueblo
y darles la alegría de la salvación.
26Bien venida su misericordia en la tribulación,
como chaparrón durante la sequía.

35,1-10 En la segunda parte expone lo que es el culto auténtico, repasando una serie de prácticas rituales y oponiendo a cada una alguna forma de justicia o caridad (1-3), afirmando el valor de tal sacrificio (4-6), exhortando finalmente a la generosidad (7-10).

35,1 Ley y mandamientos se entienden acerca del prójimo, como en Sal 50,16-17. En la ofrenda y el sacrificio eucarístico el pueblo o los sacerdotes comen parte de lo ofrecido.

35,2 Flor de harina es producto escogido que se ofrece a Dios; sacrificio de alabanza también podría ser de penitencia o confesión del pecado, según Lv 5,5; 16,21.

35,3 Lo mismo en forma negativa. "Agradable" como sacrificio que Dios "acepta". Expiación es otro tipo de sacrificio. Véase Prov 21,3.

35,4 Según manda la ley: Ex 23,15; 34,20; Dt 16,16.

35,5 Una parte de la ofrenda se aparta para el Señor, como obsequio o prenda 'azkara, y se quema en el altar, de modo que el "aroma aplaque" al Altísimo.

35,6 El griego no ha entendido la referencia cúltica. Se trata de la 'azkara de la raíz zkr « recordar, de donde el juego de palabras "no se olvidará"; véase Lv 2,2.

35,7 Honrar significa aquí rendir culto, ofrecer limosna para el culto, como en Prov 3,9-10.

35,8 Este verso, que aquí se refiere al culto, lo cita San Pablo para animar a los
Corintios a contribuir a la colecta: 2 Cor9,7. La ley de los diezmos: Lv 27,30-32.

35,9-10 La dialéctica de la gracia o don divino es admirable: él comienza dando, el hombre responde dando de lo recibido, Dios vuelve a dar multiplicando. El hombre siempre obra aprisionado, envuelto y elevado, entre los dones de Dios.

35,14-26 Con el verso 14 como enlace, pasa el autor a un tema emparentado con lo
anterior y tradicional: si Dios no recibe los sacrificios de bienes injustos, en cambio, escucha el grito del oprimido: Ex 22,22-24. De este tema pasa a la situación histórica de Israel, y así desemboca en la súplica del capítulo siguiente.

35,14 Dt 10,17-18; 2 Cr 19,7. Ofrecer sacrificios a Dios para que deje pasar la injusticia equivale a sobornarlo.

35,15-17 Si alguna parcialidad siente Dios, es a favor del oprimido e indefenso: en toda la historia de Israel, Dios se pone de parte del oprimido. Parece parcialidad, pero es la suprema justicia, que es victoria y salvación. Véase 4,4-6; la doctrina aplicada a la conversión de los gentiles, Hch 10,34; Rom 2,11; 1 Pe 1,17.

35,18-21 Ésta es la oración de súplica profundamente sentida, y ha sido súplica del pueblo en tantos momentos históricos de aflicción. Israel ha sido en la historia el pobre que grita pidiendo justicia, y de este modo ha sido testimonio de la misericordia de Dios.

35,22 El verso recoge y resume el pensamiento: el rico ha ofrecido a Dios ricos sacrificios -a manera de soborno-, el pobre ofrece sus lágrimas y gritos y su sed de justicia. Dios atiende al pobre, y ésa es su justicia. Síntesis de teología del AT.

35,22b La situación histórica se abre paso: recordemos que Israel aparece como viuda en Lam 1,1-2. La imagen de Dios guerrero se remonta a las tradiciones de la guerra santa: entre sus formulaciones se puede recordar el final de Sal 78 y el canto de Habacuc; de los libros narrativos Ex 15. Véase también Is 42,14; 63,15; 64,12.

35,23-25 Véase Is 51,22; Miq 7,9. La causa del pueblo es causa de Dios, porque el Señor ha querido encargarse de ella: Sal 43,1; 74,22. 

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