miércoles, 11 de julio de 2012

CAPÍTULO 41-42,1.


Muerte
(Eclo 36,16-23)

41 1¡Oh muerte, qué amargo es tu recuerdo
para el que vive tranquilo con sus posesiones,
para el hombre contento que prospera en todo
y tiene salud para gozar de los placeres!
2¡ Oh muerte, qué dulce es tu sentencia
para el hombre derrotado y sin fuerzas,
para el hombre que tropieza y fracasa,
que se queja y ha perdido la esperanza!
3No temas la muerte, que es tu sino,
recuerda que lo compartes con antepasados y sucesores;
4es el destino que Dios asigna a todo viviente,
¿y vas a rechazar la Ley del Altísimo?
En la tumba nadie discutirá
por mil años o cien o diez.
5Prole reprobada es la de los malos
y descendencia insensata en casa del perverso;
6de hijo inicuo vino un reino malvado,
su posteridad siempre será infame.
7 Al padre malvado lo maldice el hijo,
pues por su culpa la gente 10 afrenta.
8¡Ay de vosotros, poderosos,
que abandonáis la Ley del Altísimo!
9Si dais fruto es para que se malogre;
si engendráis, es para el luto;
cuando caigáis, habrá gozo eterno,
cuando muráis, seréis malditos.
10Lo que viene de la nada vuelve a la nada,
y el impío del no ser al no ser.
11El hombre es un soplo en un cuerpo,
pero el nombre del compasivo no perece.
12Respeta tu nombre, porque él te acompañará
más que mil tesoros preciosos.
13Los bienes de la vida duran pocos años,
la buena fama años sin cuento.

Vergüenza
(Ec1o 4,20-26)

14Sabiduría oculta y tesoro escondido,
¿para qué sirven los dos?
15Mejor es quien oculta su necedad
que el que oculta su sabiduría.
16Hijos míos, escuchad mi instrucción sobre la vergüenza,
sonrojaos según mis normas:
no toda vergüenza merece sentirse
ni todo sonrojo se debe aceptar.
17 Avergüénzate: ante tu padre y tu madre de inmoralidad;
ante el jefe y el magistrado, de mentir;
18ante el señor y la señora, de falsedad;
ante la asamblea y el pueblo, del crimen;
ante el amigo y compañero, de deslealtad;
19ante los vecinos, de arrogancia;
de romper los pactos jurados; de meter los codos cuando comes;
de negar un favor que te piden;
21de rechazar la visita de un amigo;
de retener la porción asignada a otro;
20de no responder a un saludo;
de mirar a la mujer de tu prójimo,
22y de fijarte en la extraña.
De solicitud por su criada y de insidiar su lecho.
Ante el amigo, de insultarlo;
de acompañar un regalo con un desprecio,
42 1de repetir lo que has escuchado y de revelar secretos.
Ésta será vergüenza auténtica que te traerá el favor de todos.
Pero de lo siguiente no te avergüences
ni peques por respetos humanos:

41,1-4 Breve meditación sobre la muerte: véase 38,16-23. El consuelo que Ben Sira puede ofrecer es bien limitado: muerte como liberación para el hombre derrotado, muerte como término ineludible impuesto por Dios, muerte como igualación de todos. Por contraste podemos apreciar el jubiloso mensaje del NT, sobre todo 1 Cor 15. Véase Tob 3.6: Jon 4.8: Lc 12,19-20.

41,5-13 Por el tema, estos versos continúan los precedentes. Aunque la muerte iguala a todos, abre la puerta a una diferencia doble: los descendientes que prolongan la familia, la fama que prolonga el nombre. Esta superación queda reservada a los honrados y caritativos.

41,5-7 Como respondiendo a la objeción "aunque uno muera, quedan los hijos". Puede pensar en Roboán y en otros reyes; "casa" también puede significar dinastía. El autor se dirige sobre todo a reyes y nobles, que piensan hacer valer la seguridad del linaje: el juicio es grave y definitivo. Véase 16,1-5.

41,8-9 Quizá se dirija a los nobles e influyentes que renegaban de la religión paterna bajo el influjo de la cultura griega; véase 1 Mac. La estrofa anterior tomaba el punto de vista de los hijos, ésta se fija en los padres: la apostasía vicia en raíz la gran bendición de la fecundidad, que pretende asegurar la continuidad del pueblo. La frase final revela una actitud apasionada en el autor.

41,10-13 En contraste el hombre compasivo: véase Sal 112. La versión tradicional dice "del polvo al polvo"; Ben Sira interpreta el texto con una fórmula más radical empleando un término del caos primitivo tohu, véase Is 34,11. El autor no explica cómo la fama afecta al que ha muerto, pero considera el nombre como realidad sólida, y piensa en el consuelo del momento final.

41,14-42,8 Sobre la vergüenza y timidez, exposición más amplia que la anterior, 4,20-26. Se divide en una serie positiva y otra negativa.

41,14-15 Estos dos versos se leen también en 20,30-31, pero encajan mejor aquí. Por timidez no se debe ocultar la sabiduría, que debe aprovechar al prójimo; véase 37, 19-26.

41,16-42,1 La serie enumera dieciocho casos: siete están cualificados con un "ante". Pero no sabemos si el orden está bien conservado y si la forma no ha sufrido cambios. Además la serie admite fácilmente adiciones, por eso se puede sospechar una versión antigua más breve, un decálogo o dodecálogo sobre la materia. Las situaciones son heterogéneas, aunque se refieren todas a la convivencia social. Varios casos pertenecen a la legislación sacra del pueblo, otros son de educación: el autor ya ha tratado estos temas en otros pasajes. 

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