martes, 24 de julio de 2012

CAPÍTULO 44.


La historia
44 1Voy a hacer el elogio de los hombres de bien,
de la serie de nuestros antepasados:
2gran gloria les repartió el Altísimo,
los engrandeció desde tiempos antiguos.
3Alabemos: a los soberanos, por su gobierno del país;
a los hombres famosos, por sus hazañas;
a los consejeros, por su prudencia;
a los videntes, por su don profético;
4a los príncipes de naciones, por su sagacidad,
a los jefes, por su penetración;
a los sabios pensadores, por sus escritos;
a los poetas, por sus vigilias.
5Compositores según el arte,
que pusieron por escrito sus canciones.
6Hombres ricos y poderosos,
que vivieron en paz en sus moradas.
7Recibieron honor durante su vida,
y fueron la gloria de su tiempo.
8Algunos legaron su nombre
para ser respetados por sus herederos.
9Otros no dejaron recuerdo, y acabaron al acabar su vida:
fueron como si no hubieran sido, y lo mismo sus hijos tras ellos.
10No así los hombres de bien:
su esperanza no se acabó,
 
11 sus bienes perduran en su descendencia,
su heredad pasa de hijos a nietos.
12Sus hijos siguen fieles a la alianza,
y también sus nietos, gracias a ellos.
13Su recuerdo dura por siempre,
su caridad no se olvidará.
14SepuItados sus cuerpos en paz,
vive su fama por generaciones;
15el pueblo cuenta su sabiduría,
la asamblea pregona su alabanza.
16HENOC trataba con el Señor y fue arrebatado,
ejemplo de religión para todas las edades.
17El justo NOÉ fue un hombre íntegro,
al tiempo de la destrucción él fue el renovador;
por él quedó vivo un resto
y por su alianza cesó el diluvio;
18con señal perpetua se sancionó su pacto·
de no destruir otra vez a los vivientes.
19ABRAHÁN fue padre de muchos pueblos,
en su gloria no cabe mancha,
20porque cumplió el mandato del Altísimo y pactó una alianza con él,
en su carne selló el pacto, y en la prueba se mostró fiel;
21por eso Dios le juró
bendecir con su descendencia a las naciones,
multiplicarlo como la arena de las playas,
y a su prole como a las estrellas del cielo;
darle en herencia de mar a mar,
desde el Gran Río hasta el extremo del orbe.
22A ISAAc le aseguró descendencia
por causa de Abrahán, su padre;
23le dio la alianza de sus antepasados,
y la bendición bajó sobre ISRAEL,
a quien confirmó la bendición y le dio la herencia,
señaló las fronteras de las tribus repartiendo lotes a las doce.
De él nació un hombre
amado por todos: MOISÉS.

Aquí comienza la alabanza de los antepasados. Recuento histórico que continúa el himno comenzado, ya que Dios se ha revelado en la naturaleza y no menos en la historia. Por eso lo llamaríamos "alabanza de Dios por sus acciones históricas". La serie se referirá sobre todo a Israel, aunque asciende a sus antepasados hasta Adán.

44,1-15 Una introducción general prepara el desfile histórico. El autor piensa probablemente en personajes concretos: en Salomón y Ezequías, los soberanos, en Elías, el vidente, en José, el príncipe, en Isaías, el consejero, en David y Asaf, los compositores, en Salomón y los empleados de Ezequías, los poetas, etcétera. La enumeración genérica quiere abarcar otras figuras. La división estrófica es hipotética.

44,1 El término "de bien" es el clásico hsd: hombres que han recibido de Dios la bondad o misericordia, y la ejercitan con los demás. Lo cual significa ya una selección en la mente del autor: bienhechores. Además los considera en su categoría de "antepasados", con fuerte expresión de continuidad y pertenencia: casi tradición biológica.

44,2 Por la bondad, Dios les concede participar de su gloria.

44,3-4 Piensa sobre todo en "hazañas" guerreras, quizás en Josué. El escribir es actividad reconocida, incluso canónica. Los poetas son sobre todo del grupo sapiencial, según la tradición y leyenda salomónica, sin excluir algunos salmos.

44,5 Se refiere sobre todo a la composición musical, incluyendo probablemente la composición literaria: véase Ecl12,9.

44,9 Parece pensar en hombres no incluidos en la lista precedente, como si dijera: "Hay hombres que ... en cambio otros .." ; lo cual prepara, por contraste, la estrofa siguiente. El no dejar apellido ni recuerdo es maldición o desgracia, Eclo 41,9.

44,10-15 Repite la fórmula del verso primero. La continuidad de las generaciones y la del recuerdo forman la tradición de Israel. El recuerdo hace presentes y actuales los antepasados, como los descendientes hacen presente una estirpe. El recuerdo está ligado a la caridad, según la convicción del autor, Eclo 40,17; Sal 112: es la práctica de la "misericordia" que encabeza el fragmento. Pero el hombre no sobrevive, sólo perdura su fama: compárese con Eclo 39,9-11.

44,16 Comienza el desfile. Se salta a Adán, que aparecerá al final, Eclo 49,16. Escoge un patriarca anterior al diluvio, famoso por su fidelidad a Dios, que encendió la fantasía de los apócrifos posteriores.

44,17 -18 Renovador o sucesor. El resto es la continuidad humana estrechada en una familia. Su alianza, según la teología sacerdotal, abarca toda la humanidad posterior y no es exclusiva de Israel. Entre los vivientes cuentan también los animales.

44,19-21 Recoge: el cambio de nombre, la alianza, la circuncisión como sello del pacto, la prueba de sacrificar a su hijo, las tres promesas, la tercera iluminada por Sal 72. 

44,22 Isaac tiene importancia reducida, de enlace, como en las narraciones del Génesis.

44,23 Israel o Jacob. Antes de morir, según Gen 49, Jacob bendice a los progenitores de las doce tribus; a ellos se adelanta la división de la tierra. 

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